Durante más de tres décadas, Edna Pallares ha ejercido su práctica artística desde la experimentación formal en comunión con reflexiones alrededor de la memoria colectiva e individual. En su lenguaje, el término patrimonio horizontal es una constante y se refiere a reconocer el valor en las cosas ordinarias, a ejercer conscientemente el verbo habitar y recorrer con el cuerpo físico las estructuras sociales y emocionales de los objetos comunes.
Si bien Edna Pallares es conocida principalmente por su trabajo escultórico, la exposición reune una parte importante de obra reciente de dibujo en grafito, tinta y acuarela. El conjunto de piezas permite apreciar la conexión formal y conceptual entre su trabajo bidimensional y tridimensional donde el origen común son sus propios viajes internos que resultan en formas de cielos, rayas o círculos, incluso realiza dibujos con la luz que cae sobre líneas gruesas recortadas.
Las emociones y reflexiones que vivió durante el encierro pandémico y el duelo, transitan de manera fluida en el tratamiento de los materiales. Los momentos de conciencia donde encuentra sentido y pertinencia son reconstruidos a manera de vestigios visuales.
Además de recuperar o convocar la materialidad de lo cotidiano, la obra de Pallares contiene la soltura del gesto: con una poderosa simplicidad de recursos, su lenguaje a veces toma forma de texto en frases que se repiten de manera cíclica —simbólica y solitaria— como opera el pensamiento.
Itzel Vargas Plata